Plus que de la propreté : une leçon d'appartenance que Torotoro nous laisse

Torotoro a fait preuve de solidarité lors du nettoyage du cimetière, où les voisins ont travaillé ensemble. Cette initiative témoigne de la nécessité de préserver les espaces publics de manière continue et non limitée aux moments traditionnels.

7/7/20251 min lire

La Limpieza del Cementerio de Torotoro: Un Acto de Conciencia y Amor por lo Nuestro

El reciente día de limpieza en el Cementerio de Torotoro, convocado por el Comité Cívico, no fue un hecho aislado, sino parte de una serie de acciones que demuestran el compromiso de la comunidad con su entorno. Cerca de un centenar de torotoreños, armados con herramientas y buena voluntad, participaron en esta labor, destacándose la familia Claure, residentes en Estados Unidos, quienes no solo lideraron la iniciativa, sino que también apoyaron con refrigerios para los voluntarios.

Sin embargo, más allá de reconocer el esfuerzo, es importante reflexionar: ¿Por qué esperar a que llegue el Día de Todos Santos para preocuparnos por estos espacios? Los cementerios, las plazas, las calles y otros lugares públicos son el reflejo de nuestra identidad y respeto como comunidad. Su cuidado no debería depender de fechas específicas, sino de una conciencia permanente de que su mantenimiento es responsabilidad de todos.

Esta no es la primera vez que Torotoro se une para limpiar y embellecer su cementerio, y eso es digno de valorar. Pero el verdadero cambio radica en adoptar estas acciones como un hábito, no como una excepción. Si cada familia, cada joven, cada institución asume el compromiso de mantener limpios los espacios públicos sin necesidad de que alguien los convoque, el pueblo entero ganará en imagen, orgullo y calidad de vida.

Pequeños gestos hacen la diferencia: recoger la basura que vemos en el suelo, evitar arrojar desechos en lugares inadecuados, sumarse a las brigadas de limpieza o simplemente enseñar a los más pequeños el valor del cuidado colectivo. La familia Claure, desde la distancia, nos recuerda que el amor por el pueblo no tiene fronteras, y que todos podemos aportar, aunque sea con un granito de arena.

Torotoro tiene la oportunidad de ser ejemplo no solo por sus paisajes, sino por su gente unida y consciente. No esperemos a que las cosas se deterioren para actuar. El verdadero progreso comienza cuando entendemos que la limpieza, el orden y el respeto por lo público no son tareas de unos pocos, sino un deber de todos, todos los días.

Que esta jornada no sea solo un recuerdo, sino el impulso para mantener viva esa conciencia comunitaria. Porque un pueblo que cuida lo suyo, es un pueblo que crece con dignidad.